Una instalación contra incendios consta de una serie de equipos y elementos destinados a prevenir un incendio en una vivienda, local, edificio, establecimiento, etc. Además, en caso de producirse, detectan, comunican, extinguen y minimizan sus efectos sobre bienes y personas.
En un proyecto de instalación se valora el nivel de riesgo de la zona que se desea proteger en función de varios puntos, entre los que se encuentran:
- Los materiales de construcción
- Los productos y mercancías que se utilizan o almacenan
- Las actividades o procesos que se llevan a cabo
Una vez realizado, se establecen los elementos necesarios para que el sistema sea eficaz:
- Elementos de protección pasiva (aislamientos, pinturas…)
- Elementos de detección y alarma (centrales de alarma, detectores de humo…)
- Elementos de protección activa (rociadores, bocas de incendio, extintores…)
- Elementos de señalización (carteles, alumbrado de emergencia…)
¿Cuándo se debe solicitar un proyecto contra incendios?
Si se trata de una nueva construcción la instalación formará parte del proyecto de edificación. En cualquier caso, se solicita a la empresa o profesional con antelación suficiente para la preparación del proyecto o memoria.
Debe ser redactado y firmado por un técnico competente (ingeniero o ingeniero técnico).
¿Por qué es necesario?
Para cumplir con la normativa vigente en materia de instalaciones de protección contra incendios, será necesario legalizar la instalación en función del nivel de riesgo. Por tanto, una vez instalados los equipos, es preciso registrar ante el organismo competente la memoria técnica o el proyecto correspondiente a dicha instalación.
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