Habitualmente cuando volvemos a nuestra casa después de un viaje, comprobamos por encima que todo está en orden para quedarnos tranquilos. Pero, ¿y los pequeños detalles?

· Es fundamental revisar la cerradura (marcas sospechosas, arañazos, signos de forcejeo…).
· Si tenemos objetos en la entrada, como por ejemplo macetas, confirmar que no han sido manipulados o movidos.
· Verificar que no haya marcas en buzones/timbres/telefonillos.
· Confirmar que todos los accesos al domicilio (ventanas, puertas traseras, etc.) estén en perfecto estado.
· Si tienes patio/terraza, cerciórate de que no haya objetos extraños.

Incluso si no salimos de viaje, es importante controlar si en el acceso a la vivienda aparece alguna señal que no sea habitual. Estos signos informan a los ladrones sobre diversas situaciones que les conviene saber antes de cometer el robo. Dado que es fácil ignorar estos símbolos, merece la pena conocer sus detalles.

Sus significados varían: pueden indicar cuántas personas habitan la casa, cuándo se encuentra vacía, si los ocupantes están de vacaciones, si es más fácil acceder por la noche, si ya se ha robado ahí anteriormente…

Las técnicas más habituales son:

· Hilo invisible en la puerta
· Bolas de papel en las cerraduras
· Trozos de plástico en las rendijas de las puertas
· Marcas pintadas: triángulo, números en círculos, una “x”, un rombo, una “w”…

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