Las PYMES vuelven a instalar sistemas de seguridad por recortes de crisis
Más del 60% de los avisos por salto de alarma son recibidos desde comercios, que suelen gastar entre 900 y 1.400 euros anuales por protegerse ante posibles robos
Las pequeñas y medianas empresas (PYMES) vuelven a contratar sistemas de seguridad para protegerse de posibles robos. Los recortes de gastos por la crisis provocaron una significativa caída de ventas de cámaras y alarmas, una tendencia que comienza a invertirse. Según datos de Securitas Direct, más del 60% de los avisos por salto de alarma registrados el año pasado fueron recibidos desde comercios a pie de calle. Aunque la gama de productos es casi tan amplia como el número de negocios que solicitan vigilancia, las pymes suelen gastar entre 900 y 1.400 euros anuales en la instalación y el mantenimiento de estos sistemas, a menudo conectados a centrales receptoras encargadas de avisar a la Policía en caso de asalto.
900€ al año suele costar la instalación de un sistema de seguridad y su conexión a una central, un presupuesto que aumenta según el nivel de sofisticación de la vigilancia contratada. 60% de los avisos de alarma recibidos por empresas como Securitas Direct en 2016 partieron de comercios a pie de calle, el sector más vulnerable. Muchos locales utilizan etiquetas de alarmas como forma de disuadir pese a carecer de sistemas reales de seguridad.
Algunas empresas, como los bancos y cajas de ahorro, están obligadas por ley a tener medidas de seguridad específicas. También las joyerías, platerías, galerías de arte y tiendas de antigüedades deben tener al menos una caja fuerte o cámara acorazada, pulsadores antiatraco, puertas blindadas, protección electrónica en ventanas y puertas y una conexión de su sistema de seguridad a una central de alarma. En el caso de las gasolineras, el Ministerio del Interior exige la instalación de cajas fuertes donde deberá depositarse todo el dinero que supere las cantidades máximas permitidas en efectivo en la caja registradora: 600 euros en las estaciones de servicio y 1.200 euros en los autoservicios. Las farmacias y los locales de juego, lotería o apuestas también tienen sistemas obligatorios de vigilancia.
¿Y qué ocurre con los negocios que no están obligados a contratar seguridad? Los pequeños y medianos comercios suelen optar por alarmas conectadas a centrales, que deben ser instaladas por empresas homologadas. Por lo general, los contratos con estas centrales suelen ser anuales y los precios de sus servicios oscilan entre los 300 y los 600 euros, mientras que la instalación puede tener un coste de entre 500 y 900 euros. Los negocios con mayor facturación añaden cámaras de vigilancia, a las que se suma seguridad presencial en el caso de las grandes empresas.
Vigilancia Extrema
El técnico comercial de la firma malagueña Starprotec, José Barba, asegura que en pequeñas tiendas «bastaría con tres o cuatro detectores», un sistema cuya sofisticación varía en función del tipo de negocio hasta alcanzar la vigilancia extrema de hoteles y negocios de lujo, donde ingenieros y técnicos realizan estudios previos para determinar los controles necesarios y se contratan vigilantes.
El vicepresidente de la Asociación Malagueña de Empresas de Seguridad (AMES), Federico Moreno, destaca el auge de los sistemas de seguridad en las últimas dos décadas, con un crecimiento cercano al doscientos por cien. Moreno incide en la necesidad de concebir la vigilancia como una inversión y en la importancia de contratar sistemas con empresas homologadas que ofrezcan todas las garantías que exige la ley. Aunque muchos establecimientos utilizan etiquetas de alarmas como elementos disuasorios pese a carecer de seguridad real, Moreno sostiene que el sector está superando el bajón provocado por la crisis. Desde esta asociación, que engloba a cerca de una quincena de empresas de seguridad malagueñas, afirman que los clientes suelen pedir lo mínimo, cuando en realidad deberían solicitar sistemas que se ajusten a la vulnerabilidad de sus locales.
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