En ocasiones se puede dar la situación que, mientras estamos cocinando, nos llaman por teléfono, nos petan a la puerta o nos entretenemos haciendo otras tareas. Si se alarga y nos olvidamos de retirar la sartén del fuego, puede suceder que al volver nos la encontremos ardiendo.

Lo más común es entrar en alerta y pensar en echar agua directamente a las llamas, pero esto jamás puede hacerse. Es muy peligroso ya que el aceite reacciona con el agua de manera violenta.

Entonces, ¿cómo se debe actuar?

  • Lo primero que debemos hacer, es mantener la calma
  • A continuación, apagar la fuente de calor
  • Posteriormente humedeceremos un paño que tengamos a nuestro alcance y lo escurriremos bien
  • Acto seguido lo cogemos de manera que nos cubramos los antebrazos y lo echamos sobre la sartén
  • En cuanto disminuyan las llamas, retiramos la sartén del fuego
  • En caso de que algún mueble también se haya incendiado, una vez controlado el de la sartén, sí podemos recurrir al agua para apagarlo.
  • Por último, abrimos ventanas y puertas para ventilar la estancia y quitar el humo generado

Si es una llama pequeña que está contenida en una olla o sartén y no es demasiado peligrosa para hacerlo, también podemos cubrir la olla o sartén con una tapa metálica (nunca de cristal). El fuego necesita oxígeno para quemarse, por lo que ponerle una tapa lo extinguirá.

Algunas medidas que se pueden tomar ante estas situaciones son:

  • Instalar un detector de humos. Gracias a su alerta inmediata, se puede actuar con antelación y prevenir que vaya a más.
  • Contar con un sistema anti incendios. Si un extintor regular te resulta aparatoso, nuestro “Comefuegos” es la solución ideal. Es pequeño, manejable, eficaz, no es corrosivo, no deja residuos, etc.

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